Los años de ganancias exorbitantes durante la pandemia, específicamente en 2021, 2022 y 2023, parecen difíciles de repetir en el futuro, según explica un experto de la industria. En el caso de Mercedes-Benz, su beneficio neto se redujo a la mitad durante el tercer trimestre de este año, alcanzando 1.720 millones de euros en comparación con el año anterior. En BMW, las cifras son aún más alarmantes: su ganancia cayó casi un 84 %, quedándose en 476 millones de euros en el mismo periodo.
Sin embargo, no solo Mercedes y BMW enfrentan desafíos. Según declaraciones del analista Schwope, “Ford acaba de anunciar un despido masivo en su planta de Colonia, además de centralizar cada vez más su gestión desde Estados Unidos, lo cual no beneficia a Ford Alemania”.
Ford y Opel también en problemas
Ford respondió a una consulta de BILD explicando que la menor demanda de vehículos eléctricos en Alemania ha llevado a ajustes temporales en su producción. “La demanda de vehículos eléctricos ha sido significativamente menor a lo esperado, especialmente en Alemania, lo que nos obliga a realizar ajustes temporales en los volúmenes de producción en el Centro de Vehículos Eléctricos de Colonia”, informó un representante de la empresa. Como resultado, Ford ha solicitado un plan de trabajo temporal reducido que afectará a 2.300 empleados dedicados a la producción de vehículos.
Opel, que actualmente forma parte del grupo Stellantis, tampoco atraviesa su mejor momento. Según el experto Schwope, “el director ejecutivo de Stellantis, Carlos Tavares, está enfrentando una crisis por numerosos errores de gestión. Además, Opel tiene el desafío de competir dentro de un conglomerado que incluye marcas similares como Fiat, Peugeot y Citroën, lo que genera una lucha interna por los mismos clientes”.
Mercedes apuesta por la eficiencia
Por su parte, Mercedes-Benz explicó sus planes de ajustes económicos también a través de BILD. “Solo incrementando nuestra eficiencia de manera sostenible podremos mantener nuestra fortaleza financiera y capacidad operativa. En los próximos años, planeamos reducir varios miles de millones de euros en costos anuales, lo que incluye optimizar nuestra estructura general de costos, incluyendo los relacionados con el personal”. No obstante, la empresa aclaró que aún no se han tomado decisiones concretas sobre cómo implementar estas medidas.
Un futuro marcado por la electromovilidad
¿Qué esperar en los próximos años? El analista Schwope estima que la adopción de la electromovilidad se acelerará significativamente para 2025-2026. Esta transición será esencial, ya que, de no lograrse, los fabricantes en Europa enfrentarán multas millonarias por incumplir con los límites de emisiones contaminantes en sus flotas. Además, ya se está observando un cambio en las estrategias de precios de los fabricantes: los vehículos de combustión interna se encarecen, mientras que los eléctricos se vuelven más accesibles.
La política juega un rol clave
Schwope también subraya la importancia de un marco político estable. “Los fabricantes europeos necesitan un entorno político claro y consistente tanto a nivel de la Unión Europea como de los gobiernos nacionales. Lo que no ayuda es la indecisión y los constantes cambios en las políticas relacionadas con los motores de combustión y los eléctricos”.
En un contexto de incertidumbre económica y transición tecnológica, el futuro de la industria automotriz dependerá no solo de la capacidad de los fabricantes para adaptarse, sino también del apoyo estructural proporcionado por las políticas públicas.